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Resumen:En su trabajo titulado Dificultades del psicoanálisis, de 1917, Freud se refirió a los —ahora considerados clásicos— golpes asestados al narcisismo humano: el de Copérnico, que destruyó la creencia de que la Tierra era el centro del Universo (golpe cósmico), el de Darwin, cuando mostró que el hombre no tenía una posición de privilegio en el esquema de la creación (golpe biológico), y el del psicoanálisis, que dió el golpe psicológico cuando descubrió que el hombre no es dueño de su propio mundo interior, ya que existen procesos mentales inconscientes que no controla.
También el mito de la “inocencia o paraíso infantil” sufrió impacto tras impacto, desde el descubrimiento por el mismo Freud de la sexualidad infantil, con el creciente conocimiento de la complejidad de las emociones, conflictos y ansiedades de la más temprana infancia. El deseo de mantener este mito y defenderlo contra todos los descubrimientos es tan intenso porque hace a la omnipotencia del hombre cuyo último reducto es su proyección en la infancia. Si no puede ya mantener la creencia de controlar su mundo interno ni la de no temer a la muerte, se aferra a la ilusión de que el niño no la teme porque no la conoce conscientemente. |