Resumen:El niño y adolescente diagnosticado
de cáncer debe ser atendido en lo que
se conoce como una Unidad de Oncología
Pediátrica, que no es un lugar, ni un departamento hospitalario. Es un equipo
multidisciplinar que trabaja colocando al
enfermo en el centro para atender a sus
necesidades médicas, psicológicas, sociales
y espirituales. Es además una forma de
trabajar que integra en el diagnóstico y tratamiento
del cáncer infantil la asistencia
médica, la atención psicosocial y la investigación
de forma transversal.
El cáncer irrumpe en la
vida de familias, con todo su bagaje
vital, psicológico y social. Unas
veces éstas pueden afrontar la enfermedad
sin ayuda profesional y otras
veces la atención por un psicólogo
es indispensable. La atención psicológica
se adapta a las distintos momentos
de la enfermedad, desde el
diagnóstico, hospitalización, vuelta
a casa y al colegio, hasta la supervivencia
a largo plazo, o las recaídas,
muerte y duelo.